Las viviendas procedentes de herencias pueden ser un producto muy atractivo debido a
que habitualmente existe una necesidad de vender por parte de los herederos, que puede
provocar que su precio sea más realista y se ajuste más al mercado. Eso no significa que
sean chollos ni que el comprador deba ‘contagiarse’ de la urgencia de los vendedores, ya
que las prisas por adquirir el inmueble pueden dar lugar a algún que otro susto.